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12 de abril de 2014

Una serie de caricias, suaves contactos y masajes puede ser una gran experiencia

Una serie de caricias, suaves contactos y masajes puede ser una gran experiencia

Las palabras y gestos cariñosos unen a la pareja, pero el mayor “pegamento amoroso” es el contacto de la piel. Así lo confirman investigaciones científicas que aportan buenas razones para dar y recibir mimos. Se suele creer que los varones prestan más atención al acto sexual en sus relaciones de pareja , pero esa creencia está equivocada, según han descubierto investigadores del Instituto Kensey de la Sexualidad, el Género y la Reproducción, de la Universidad de Indiana (IU, por sus siglas en inglés) en Estados Unidos. Los besos, los abrazos y las caricias son más importantes para “ellos” que para “ellas” en el marco de una relación de pareja duradera, según ha revelado el estudio de la Universidad de Indiana, publicado en la revista científica ‘Archives of Sexual Behaviour’. Después de analizar a más de mil parejas heterosexuales de Brasil, Estados Unidos, Alemania, Japón y España, de entre 40 y 70 años de edad, y cuya relación duraba una media de 25 años, la investigación concluye que los abrazos y los besos hacen a los hombres más felices de lo que se supone. Según este estudio, los varones que besan y abrazan a menudo a sus parejas son tres veces más felices que aquellos que intercambian mimos con menor frecuencia. En las mujeres este tipo de arrumacos no influyen tanto en el grado de satisfacción que experimentan con su pareja, según asegura el mismo estudio. No obstante, otras investigaciones confirman el efecto positivo del contacto físico en el género femenino. Según un estudio de investigadoras de la Universidad de Carolina del Norte y de Pittsburgh (EE.UU.), cuando una mujer recibe estímulos como caricias, abrazos, mimos o masajes por parte de su pareja, se reducen su presión sanguínea y ritmo cardíaco. Las expertas estudiaron a 59 mujeres de entre 20 y 49 años, antes y después de que mantuvieran con sus parejas un “contacto cálido” que terminaba en un largo abrazo de 20 segundos, concluyendo que los abrazos frecuentes y el respaldo emocional se relacionan con mayores niveles de oxitocina, una hormona vinculada a la excitación sexual y el amamantamiento, así como a un descenso de la presión de la sangre. COMUNICACION A TRAVES DE LA PIEL También se ha comprobado científicamente que las mujeres casadas sometidas a un estrés extremo que toman la mano de su marido sienten un alivio inmediato al producirse un efecto apaciguador a nivel neuronal. El efecto tranquilizador del contacto humano se comprobó por medio de técnicas de diagnóstico por imagen que permitieron visualizar distintas zonas del cerebro profundo de las participantes en el experimento, desarrollado por neurocientíficos de las universidades de Wisconsin y Virginia, en Estados Unidos. El bálsamo que sintieron las mujeres era muy superior cuando su mano era tomada por sus maridos, comparado cuando el contacto era con una persona extraña, mientras que aquellas más unidas a su pareja fueron las que experimentaron un mayor bienestar, según los investigadores estadounidenses. “El suave tacto de piel, los juegos con las manos, el cálido contacto de los cuerpos, el vaivén de las sensaciones… Hablan su propio lenguaje, favorecen una comunicación más íntima y sincera y permiten que aflore nuestra parte menos verbal y más sensitiva. Deparan una experiencia potente y reveladora cuando se disfrutan a dúo”, señala la psicóloga clínica Margarita Marqués. Según Marqués, “hay muchos juegos y técnicas de ‘Tacto Con Tacto’ para aprender a estar con nuestra pareja y sentirla, para reconocernos a nosotros mismos y reconocer al otro, lo cual permite una comunicación más real, profunda y estable”. Por ejemplo, “podemos simplemente jugar con muestro ser amado a tocarnos el uno al otro, sin las manos: con la espalda, la cabeza, la oreja, las piernas, los antebrazos…”, señala. Otra opción consiste en “que primero uno toque y estimule al otro, y después a la inversa, con masajes, caricias, soplidos, besos, pellizcos, susurros, acompañados de música sensual, un aire cálido, aromas de esencias y la luz de una vela. Se pueden experimentar y probar infinidad de estímulos sensitivos, lo cual es muy placentero y erógeno”, agrega. Además, “para comunicarnos mejor con nuestra persona amada, podemos tomar sus manos, tocarlas, observarlas, sentirlas, explorarlas a nivel superficial y más profundo, investigar táctilmente desde su piel y uñas, hasta sus huesos, músculos y articulaciones”, sugiere la psicóloga. “Hemos de permitirnos sentir su tacto y observar lo que sentimos: ¿su mano es suave, áspera, fuerte, vacilante, sincera, huidiza, cálida, húmeda, seca…? ¿Cómo reaccionamos ante ese contacto?”, explica Marqués. “Este sencillo juego nos une mucho al otro y nos hace conocerlo mejor. Incluso nos permite descubrir aspectos insospechados que antes no percibíamos de nuestra pareja, como su sensibilidad, temores, su cercanía o lejanía emocional o sexual”, finaliza. CONTACTO CERCANO Y PLACENTERO Por otra parte, una sesión de masaje sensual y relajante puede constituir por sí misma toda una experiencia para los sentidos. Un masaje bien hecho no sólo produce placer a quien lo recibe sino también a quien lo da, y la pareja no lo olvidará fácilmente. “Antes de dar un masaje a la pareja, hay que estar distendido, porque el contacto íntimo es tan estrecho que incluso los sentimientos más profundos se transmiten, y comenzar con la mente despejada y concentrada en lo que se hace”, según explica el experto en osteopatía y quiropráctica Marcos Catalán. Este especialista recomienda “respirar pausadamente, dejando que los músculos se relajen, lo cual ayuda a aumentar el equilibrio interior y la relajación del masajista”, en su libro ‘Fitness para mejorar tu sexualidad’. Según Catalán, el masaje pone en marcha un canal de comunicación donde el que masajea habla con sus manos y el que recibe responde con su cuerpo. Aunque aclara que el masaje requiere un aprendizaje y práctica de la técnica adecuadas, este experto proporciona unas nociones sobre cómo realizar uno de los masajes más sensuales, el de espada, que ha de aplicarse en un ambiente de temperatura agradable, con luz atenuada y libre de ruidos.

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