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20 de octubre de 2014

Yamil Avila: 'Discriminación y Bullying' Especial para Los Toldos es noticia

He notado que en los últimos años ciertas temáticas sociales resultan recurrentes en los medios de comunicación, y pese a no pensarlos como algo nuevo, me parece interesante instalarlos una y otra vez como el tema del día
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He notado que en los últimos años ciertas temáticas sociales resultan recurrentes en los medios de comunicación, y pese a no pensarlos como algo nuevo, me parece interesante instalarlos una y otra vez como el tema del día. La importancia no recae en la idea de 'hablar sobre', porque es algo que todos bien conocemos y seguramente nos haya tocado, por una u otra razón, vivir más de una vez en nuestras vidas, sino que lo fundamental es presentarlos una y otra vez con el fin de que un día milagrosamente aprendamos, empecemos a comportarnos como seres civilizados y brindemos a los demás (sea quien fuere) el trato que merece. En primer lugar quiero referirme a un tema que es histórico y presente a la vez, la discriminación. En nuestro país se discrimina cada día en las calles, en las escuelas, en los lugares de trabajo y en los hogares. Cada día mujeres y hombres son discriminados y violentados en razón de su género, orientación sexual, identidad sexual, nacionalidad, situación socioeconómica, apariencia personal y muchos otros factores. Lamentablemente como sociedad nos hemos acostumbrado a reaccionar cuando los hechos nos atañen directamente, pero frente a la afectación de derechos de una tercera persona muchas veces (demasiadas veces) mantenemos un silencio cómplice. Y este fenómeno no es más que la distinción o diferenciación que atenta sobre la igualdad, hacia una persona o un grupo de personas, con la intención de limitar o menospreciar sus derechos y dignidad. No pretendo explayarme demasiado en el tema, sólo quería tomar esto para referirme a otra forma de violencia, a la que creo que da origen: el Bullying, intimidación o acoso escolar. El Bullying es un término medianamente moderno de una problemática que existe hace mucho tiempo, con mis apenas 24 años y en mi paso por diferentes instituciones educativas es un hecho que pude observar (y vivir) más de una vez. Aún así, pese a saber que no es algo que surge con las nuevas generaciones sino que existe hace tanto, no reniego de que hoy pueda tener un nombre técnico, porque a mi entender eso permite identificarlo y abordarlo desde otro lugar. A la hora de opinar todos sabemos de qué se trata y pueden existir tantas concepciones como personas en este planeta, pero lo cierto es que este fenómeno tiene tres aspectos fundamentales y comunes en todos los relatos: es un comportamiento de naturaleza agresiva, que se produce contra una persona de forma reiterada a lo largo de un período de tiempo, y en el que la relación que une al agresor con la víctima es desigual o existe asimetría de poder. En general, el bullying ocurre en comunidades donde los adultos fracasan en mediar entre pares cuando el comportamiento agresivo aparece. Así es frecuente que los chicos que lo sufren teman denunciarlo y demoren su pedido de auxilio a los adultos. Por lo general, no tienen esperanza en que la ayuda sea efectiva y tienen temor de que, frente a la denuncia, los comportamientos agresivos aumenten en frecuencia e intensidad. Además, no sólo en la victima sino que en el entorno se establece una especie de 'cultura del silencio', en donde las personas que no se ven directamente afectadas prefieren no intervenir para no entrar en problemas con los agresores. No voy a redundar ni reproducir lo que dicen la mayoría de los medios, ni voy a señalar quienes creo que son los culpables, ni mucho menos voy a poner en juicio el papel que cumple la institución educativa o familiar en este respecto. En lo que quiero detenerme puntualmente es en las consecuencias, y se que cuando diga esto muchos van a pensar directamente en situaciones como 'la chica a la que mataron por ser linda', o 'el chico que le pegaron afuera de la escuela por ser homosexual'. La forma más común de Bullying es el Bullying verbal, y también es muy común el hostigamiento a partir del aislamiento social. La mayoría de las consecuencias de este tipo de violencia no se traducen en marcas físicas, sino que además produce baja autoestima, trastornos emocionales, ansiedad, depresión, pensamientos suicidas, perdida de interés por la escuela, aislamiento, dificultad para establecer relaciones sociales, soledad, fobias, entre tantas. El tema merece debate, y ese debate se está dando a partir del conocimiento de la situación, del no correr la mirada y hacernos cargo de que es algo que nos compete, que nos corresponde, sobre lo que tenemos que reflexionar, algo a revisar, a mejorar. Hay que revisar la forma en que los adultos nos expresamos en nuestra vida diaria, porque recordemos que los niños no hacen más que reproducir lo que escuchan en sus casas y entornos mas cercanos, y si en nuestras expresiones existen sentimientos de desprecio al referirnos a 'los travas', 'los bolitas', 'los negros', 'los villeros', 'las putas', 'los gordos', probablemente esas expresiones se tomen como propias cargadas del mismo desprecio. No hay que perder de vista nunca que las consecuencias no son sólo las trágicas que aparecen en la televisión, sino que existen otras marcas que las víctimas cargarán por el resto de sus vidas si el tema no es abordado de la forma en que corresponde. La discriminación es una forma de violencia en la sociedad, y el Bullying es la traducción de ese fenómeno en la escuela, no es un juego, no es cosa de chicos, no es algo que ya pasará, es algo que esta cada vez mas instalado y naturalizado. El Bullying es algo en lo que los adultos debemos intervenir, debemos prevenir y en el peor de los casos debemos detener, y la responsabilidad no es de la escuela, ni de los docentes, ni de la familia, la responsabilidad es de todos ellos y de todos nosotros, porque como dice un spot publicitario argentino en contra de este tipo de violencia: ¡SINO HACES NADA, SOS PARTE!

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