Pretender justificar que estos ingresantes deben ser escrachados porque pertenecen ideológicamente al kirchnerismo es una perversión cultural de igual modo que lo fue escrachar a aquellos que no ingresaron o desarrollaron su vida profesional fuera del kirchnerismo. Estuvo mal antes y está mal ahora. Los prejuicios y generalizaciones perversas no son buenas por ser propias y malas por ser ajenas. Lo contrario es una hipocresía que solo alienta la destrucción y no la declamada “Verdad”.

Por aquel entonces, febrero del 2010, el kirchnerismo en la cúspide de sus sensaciones de un poder llegado para quedarse para siempre; generalizó, mintió descaradamente y acusó a miles de agentes y ex agentes de inteligencia de ser sospechosos por el solo hecho de haber transitado por ese mundo. Generalizaron, mintieron descaradamente, armaron imágenes falsas, acusaron sin pruebas y todo terminó en la nada misma. Ni uno solo de esos nombres, que ya habían pasado por las exigencias de las leyes de la democracia en cuanto a estar absolutamente limpios de antecedentes en el Ministerio de Justicia y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, fue procesado. Pero no importó. Muchas vidas que habían servido a la Nación quedaron destruidas. Mintieron. Muchos habían ingresado en Democracia durante el Gobierno de Perón. Otros estuvieron muy poco tiempo cubriendo funciones cuando se estuvo a punto de ingresar en Guerra con Chile. Otros tantos fueron convocados durante la Guerra de Malvinas. Nada les importó, a todos les cayó una lluvia de descalificaciones y mentiras que los colocaban en la suposición de delitos de lesa humanidad.

También hubo personas que fueron sacadas de esas listas porque fueron protegidas por la Inteligencia Militar que en aquel entonces se encontraba bajo el control directo del General Milani. Y otros más fueron sacados de la lista porque cumplían funciones para el kirchnerismo.

Ahora, les agarró un ataque de legalidad y apelan al artículo 17 de la ley nacional de Inteligencia (ley 25.520) para amenazar con prisión de 1 a 6 años a quienes divulgaran información sobre los nombres de los agentes o actividades que se desarrollen. Dice precisamente la ley en su ARTÍCULO 17. — “Los integrantes de los organismos de inteligencia, los legisladores miembros de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia y el personal afectado a la misma, así como las autoridades judiciales, funcionarios y personas que por su función o en forma circunstancial accedan al conocimiento de la información mencionada en el artículo anterior deberán guardar el más estricto secreto y confidencialidad. La violación de este deber hará pasible a los infractores de las sanciones previstas en el Libro II Título IX, Capítulo II, artículo 222 y/o 223 del Código Penal de la Nación, según correspondiere.”. La Ley es clara y también era igualmente clara cuando en febrero del 2010 no les importó que en la revista 23 y en otras publicaciones de la corporación oficialista se publicaran los nombres reales y de cobertura de miles de agentes. ¿Ahora quieren denunciar y buscar prisión para los periodistas y la conducción de la revista Noticias?

Objetivamente tienen razón, pero no pasará mucho tiempo, si efectivamente lo intentan, para que la Defensa de la Revista se refiera a la inacción más absoluta cuando en los medios oficialistas se desarrollara el mismo delito sin que el Gobierno accionara contra sí mismo.

Es claro que todo esto está desmadrado. La lista de Noticias debe haber sido provista por el propio personal de la ahora Agencia Federal de Inteligencia. No existe ninguna otra manera de que haya sido de otra forma. Solo el área de Personal y / o de Finanzas pueden acceder al listado ordenado de los “nuevos” agentes. Una, por las razones obvias de conformar legajos. La otra, por la necesidad de hacer las correspondientes liquidaciones de sueldos.

Es más que claro que el sistema interno y externo está destruido. El mundo debe navegar entre la sorpresa y las risas al observar como un país destroza su Inteligencia en una hoguera de internas políticas. Así como les pasó a todos los que fueron inmolados en las listas del 2010, ahora también los 138 no podrán siquiera salir del país de vacaciones sin ser observados por su calidad de agentes de inteligencia en funciones. Nada le dirán cuando pasen los puestos fronterizos y realicen sus chequeos de inmigraciones y policiales, pero en las pantallas de las Fuerzas de Seguridad del mundo, se activará un color diferente donde la pertenencia a la Inteligencia argentina del agente quedará plasmada y el llenado de la ficha de migraciones quede expuesta en la mentira. ¿O acaso algún agente de Inteligencia cuando pasa las fronteras hacia Chile, Brasil o cualquier otro país, escribe en el apartado “Profesión”… “Agente de Inteligencia”. Incluso, si lo quisieran hacer, podrían detenerlo por haber mentido en el ingreso a sus países y / o haber tomado, hasta casualmente, alguna foto comprometida. ¿Alguien les avisó los costos que se pueden pagar por hacer semejantes estupideces en aras de sus internas o de un título de tapa?

Por eso el título de “Cosecharás tu siembra”. Lamentablemente, en este juego de miserias y traidores, dañaron por muchísimos años a la Inteligencia de Estado de la Nación Argentina. Este país, que nos duele, se parece cada día más a la película “Bananas” de Woody Allen. Con una salvedad, la película era una ficción de humor sobre las repúblicas bananeras; en cambio nuestra realidad es un hecho real mezclado con una película que transita el género del grotesco y el terror.

Lic. Rodolfo Patricio Florido

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