Si existe un toldense que deseaba con fervor que llegara el mundial Brasil 2014, conjugando su amor por el fútbol y su inmenso cariño por la tierra carioca, ese es Marcelo Laurens. ¿Quién puede negarlo? Marcelo siempre fue un pedazo de Brasil deambulando por Los Toldos, con su “toque” libertario, su zunga, su amor por el mar, su música, su espíritu festivo, yendo y viniendo cuando la vida lo permite, de la pampa húmeda a las arenas de Barra da Lagoa. Claro que la vida no es fácil, hay que remarla, y Marcelo siempre tuvo una “idea” a cuestas, o mejor quizás le quede la palabra “ocurrencia”, y vaya si esta no es una de ellas. Lugo de haber cruzado diversos mapas cercanos a bordo de la estanciera 60’ ploteada en homenaje a la selección (y de vez en cuando también a Boca), el desafío previsto desde hace años se puso en marcha, y hacia allí fue, rumbo al epicentro global: La copa del mundo. Con Mauro Cáceres como copiloto, los toldenses le hicieron frente a las fronteras y las caprichosas geografías con un claro objetivo: Llegar a Copacabana, Río. “Con Mauro estamos sorprendidos por la belleza y por el trato de la gente con nosotros”, relata Marcelo. La marcha los llevó por Florianapolis y la playa familiar: Barra da Lagoa. “Acá hace de cuenta que estoy en Los Toldos”, asegura Marcelo, “desde que llegamos nos traían tainha, que es como la corvina”. Luego un churrasco con tainha asada partieron para Sao Paulo, donde los esperaba una familia amiga, Thais y Giovani. Luego de esta escala, marcharon rumbo a Río, donde los esperaba el también tóldense Miguel Lasa para hospedarlos. “Fuímos a dormir a una isla donde vive y tiene una vista de noche que es una cosa de locos. Muy lindo!. Le quiero hacer llegar las mil gracias por darnos un lugar”. “Lo malo que nos pasó es que hoy se me rompió una varillita de la caja pero ya hable con Juan Villa y me la manda con Matoza Ortermin que viene, y la arreglo, y queda lista”. El mismo domingo que jugó Argentina llegaron a Río. “Llegamos tipo 3 del domingo y fuimos directo al Maracaná y cuando llegamos entraba al aire ese programa que ni sé cómo se llama y me pidió q hiciera que lo llevaba y apareció Corol (el conductor). Nos quedamos un poco ahí y nos fuimos para Copacabana”. Al parecer, en Copacabana la estanciera fue furor. “Cuando entramos al centro de Río por una lagoa q tiene en el medio antes de llegar a la playa la gente sacaba fotos de la chata todo el tiempo, y en la ruta también hicimos notas para radio y diario de Sao Paulo”. En Copacabana fueron parte de los argentinos que siguieron la transmisión desde la arena. “Lo miramos en la playa y no se podía estar, todos argentinos, era una locura”. “Las ciudades están vestidas de verde y amarillo, telas colgando, mucha locura, se anda diciendo que si Brasil queda afuera en cuartos de finales el mundial se termina y se arma la gorda”. Si su pregunta es cómo vienen los muchachos de divisas para sostener el viaje y pegar la vuelta, no se preocupe más. “Se me ocurrió algo para juntar una moneda. Esta inundados de argentinos y yo tengo q volver, hice un cartel donde puse los llaveros que traje para vender colgados en un panel y dice “Una colaboración de 10 reales por 1 llavero. Tenemos la estanciera rota y precisamos arreglarla”. Seguro que para el lunes ya me quedo sin llaveros. Aprovecho para agradecer a Alejandro Martin Pizzarro que me dio a consignación los 1000 prendedores de los equipos; Y después cuando esté lista me dedico a mostrarla, que se saquen una foto y colaboren”. Sobre el final, le pedimos el palpito inevitable, desde Río. “Acá los cariocas te suben el pulgar, y piensan que la final es como anuncia la chata: Brasil - Argentina. Me muero si se da eso”. Suerte muchachos!

GENTILEZA: PERODICO iMPACTO