Allí es donde, hace más de una década, la entonces pequeña empresa de alquiler de video Netflix vio el hueco y decidió comenzar el negocio del “video on demand” (VOD). Una de las claves de Netflix para competir con la siempre ominosa presencia de la descarga ilegal ha sido ofrecer el servicio a bajo a costo: incluso en Argentina, donde la tarifa ha sido dolarizada debido a la fluctuación del cambio, el precio de 8 dólares para acceder a un catálogo de más de 3000 contenidos resulta accesible. Entre su oferta, Netflix ha comenzado, desde el año pasado, a apostar por series originales, producidas por la empresa, para atraer suscriptores. El servicio, debido a los acuerdos que entabla con las productoras para utilizar sus contenidos, no ofrece películas y series de estreno reciente, lo cual, en estos tiempos de demanda ansiosa y disponibilidad hiperveloz, es una seria desventaja respecto a los servicios de las cableoperadoras. La estrategia de producir contenido original, en este sentido, ha tenido gran éxito: en el mercado estadounidense, la posibilidad de ver series exclusivas es la tercera razón por la cual los consumidores se suscriben a este tipo de servicios “on demand”; pero además del éxito financiero, dos series de la empresa (“House of Cards”, con Kevin Spacey, y “Orange is the new Black”) han cosechado 30 nominaciones para los premios Emmy. EL PANORAMA EN ARGENTINA De nicho de mercado a mainstream: en EE UU el 46% de la población entre 18 y 46 años tiene acceso a un servicio "on demand" En nuestro país, Netflix ha conseguido, según estimaciones, cerca de 30.000 usuarios. No es un número que impresione: y es que a la lucha contra las arraigadas costumbres como la forma tradicional de ver televisión y la piratería, se suma el hecho de que, como muchos televidentes ya abonan un servicio de cable, la oferta de Netflix es considerada un servicio premium. Y los cableoperadores y empresas de internet del país aprovecharon estas dificultades para instalar sus propios servicios “on demand”. Cablevisión, por caso, lo presentó hace ya dos años, aunque recién ahora está tomando vuelo: y la gran ventaja que ofrece respecto a Netflix es que su catálogo es de acceso gratuito para aquellos que estén abonando el servicio HD. La oferta gratuita de Cablevisión incluye unas mil horas de programación que fue emitida por sus señales, para ver cuando se quiera, cuantas veces se quiera, y puede ampliarse contratando un pack de mil horas extra. Pero, además, la operadora ofrece alquiler de diversos estrenos que se renuevan mes a mes y la posibilidad para aquellos que ya pagaron el paquete de canales premium, de acceder a los contenidos emitidos en esos canales de modo gratuito. Un acierto: mientras, por ejemplo, HBO lucha contra las descargas ilegales emitiendo las temporadas estreno de sus series de cabecera en simultáneo con Estados Unidos, y Cablevisión ofrece ese contenido a sus clientes disponible bajo sus términos, Netflix espera hasta un año para ofrecer las series estrenadas. El catálogo estadounidense de Netflix llega a 51.000 contenidos También DirecTV busca introducirse en el mercado con fuerza: al sistema tradicional de PPV (pagar para ver), agrega la posibilidad de grabar, retroceder, pausar y adelantar los programas que se emiten mediante la contratación DirecTV Plus. Además, los planes más caros brindan el acceso a unos 5000 títulos disponibles desde las nuevas pantallas. A la fiesta se han sumado también, Arnet y Telefónica, con catálogos más limitados y accesibles por aproximadamente 30 pesos desde diversas plataformas. Las costumbres cambian y las empresas se adaptan: pero, entre la anarquía del intercambio de archivos en internet y las viejas costumbres televisivas, y con tantos actores en disputa, el estratégico mercado que ya despegó en Europa y Estados Unidos recién ahora comienza a asentarse y configurar con claridad el escenario en Argentina