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ESPACIO INTA

21 de abril de 2025

El INTA y vecinos serranos trabajan en la prevención de incendios

Un equipo de especialistas del INTA junto con la Asociación Rural Sierras Chicas se enfocan en la gestión del fuego y en la conservación de los ecosistemas. Una experiencia exitosa de cooperación público-privada.

Desde hace varios años, el INTA y la Asociación Rural Sierras Chicas (ARSCH) trabajan de manera conjunta en la gestión de incendios y la conservación de los recursos naturales en el norte de la provincia de Córdoba. Con la intención de renovar el convenio vigente entre ambas instituciones, proyectan nuevas iniciativas que incluyen la planificación de estrategias de manejo de fuego y el control de especies exóticas.

Juan Cruz Molina, director del Centro Regional Córdoba del INTA, destacó el impacto del trabajo conjunto y el rol de la Asociación en la articulación con el sector privado. “Hubo un gran sentido de oportunidad cuando, en función de la problemática vinculada a los incendios, la Asociación Rural Sierras Chicas se juntó con los equipos técnicos del INTA”, expresó y agregó: “Desde el INTA Centro Regional Córdoba sentimos que también somos parte de ese espacio fundacional de colaboración, trabajando espalda con espalda para abordar, desde una mirada sistémica del territorio, cómo los incendios afectan a los sistemas de producción y a la conservación de los recursos naturales”.

Carlos Cárcano, presidente de la ARSCH, valoró la relación con el INTA y el crecimiento que tuvo la colaboración en estos años. “La experiencia de trabajo fue muy positiva. Creo que el INTA agrega mucho valor a nuestra asociación, para la preservación del ecosistema serrano. Las capacidades técnicas del organismo, los conocimientos y sus relaciones interinstitucionales nos suman en cada uno de estos proyectos”, expresó.

La ARSCH se conformó en 2021 y está integrada por 35 miembros. Su ámbito de acción comprende unas 50.000 hectáreas en los departamentos de Punilla, Colón y Totoral, en las Sierras Chicas de la provincia de Córdoba, con áreas rurales de altura que oscilan entre los 900 y 2000 metros sobre el nivel del mar. Esta región, caracterizada por la presencia de pastizales de altura y remanentes de bosques serranos en sus laderas, es altamente susceptible a los incendios, debido a la acumulación de combustible, al clima extremo durante las temporadas secas, en particular en zonas cercanas de interfase urbano-rural, con un creciente riesgo en campos y localidades cercanas.

El territorio donde opera la ARSCH también es crucial por su importancia hídrica. La zona constituye la cabecera de cinco cuencas que abastecen de agua a localidades tanto del oeste como del este de las Sierras Chicas. Las experiencias previas demostraron que la erosión resultante de los incendios incrementan el riesgo de desastres ambientales en las áreas bajas de la provincia.

Una relación virtuosa

La relación entre la ARSCH y el INTA se remonta a 2020, cuando los incendios que afectaron más de 300.000 hectáreas en las sierras de Córdoba llevaron a un grupo de vecinos a organizarse para abordar la crisis. Ante la necesidad de contar con asesoramiento técnico y coordinación interinstitucional, se estableció un vínculo con el INTA a través de su Agencia de Extensión Rural en Cruz del Eje. Esta relación permitió estructurar estrategias de prevención y gestión del fuego en el territorio y sentó las bases para la firma de un Convenio de Asistencia Técnica en 2023. En este marco, también se destaca el trabajo de profesionales de las agencia del INTA de Dean Funes, Jesús María y Villa Dolores, y de la Estación Experimental de Manfredi.

Además, el INTA impulsó un proyecto emergente que permitió coordinar esfuerzos con la Secretaría de Ambiente y el Ministerio de Bioagroindustria de Córdoba y estableció estrategias para la prevención y mitigación del fuego, mediante la articulación entre el sector científico-tecnológico y la comunidad rural. A lo largo de los años, la colaboración sumó a otras instituciones, municipios y actores clave en la gestión del riesgo de incendios en la región, como Defensa Civil, bomberos y la ETAC. Actualmente el proyecto cuenta con el apoyo financiero del Ministerio de Bioagroindustria, en el marco del Consorcio de Gestión Integrada de Cuenca Hídrica Jesús María – Río Pinto.

Molina resaltó la importancia del equipo técnico del INTA, con referentes como Nicolás Mari y Diego Pons, quienes conforman un equipo interdisciplinario de técnicos de diversas áreas. “El INTA cuenta con especialistas de primer nivel que aportan conocimiento en la planificación y el manejo de incendios a nivel nacional e internacional. En Córdoba hemos logrado conformar un equipo con alta capacidad de respuesta”, afirmó. “Estamos para resolver problemas y abordar oportunidades. En este caso, entendemos que somos el brazo tecnológico para el abordaje de esta problemática. Trabajamos en conjunto y de manera colaborativa con otras instituciones que tienen roles, funciones y responsabilidades”, agregó.

Nuevos objetivos

La continuidad del vínculo entre la ARSCH y el INTA apunta a dar continuidad a las acciones implementadas y fortalecer las estrategias de prevención y gestión de incendios. “Buscamos terminar de elaborar un manual con información para la toma de decisiones y capacitar a la comunidad en la prevención y gestión de incendios, colaborando con otras instituciones y autoridades de aplicación”, explicó Molina. Asimismo, el plan de trabajo para 2025 incluye la mejora en la accesibilidad de caminos, la disponibilidad de agua en altura, la creación de líneas de control y el manejo del combustible vegetal, que constituyen las directrices de la ARSCH y el INTA.

Durante la reunión del pasado 11 de febrero en el INTA Centro Regional Córdoba, se delinearon los principales ejes de trabajo para el año. Se acordó avanzar en el desarrollo de un manual técnico estandarizado que permita la prevención y respuesta efectiva según la tipología de incendios, así como la implementación de microplanes de gestión de incendios y la consolidación de nodos de coordinación comunitaria.

Las acciones apuntan a fortalecer la conciencia sobre el riesgo del fuego y mejorar la gestión de recursos en el territorio. Otro punto clave fue la integración de capas de información cartográfica y climática en una plataforma única, con el objetivo de mejorar la toma de decisiones estratégicas y la planificación preventiva.

También se apunta a avanzar en un nuevo proyecto para la gestión integral de plantas exóticas que afectan a los campos. “Es muy importante que abordemos este proyecto con la celeridad que merece”, dijo Molina.

 Una alianza en crecimiento

Para Cárcano, la interacción entre el sector privado y el INTA es clave para el desarrollo de estrategias efectivas. “Creo que la relación público-privada es muy importante, porque el sector público puede apoyarse en los socios de la asociación para llevar adelante su trabajo en el territorio, y nosotros aprovechamos el apoyo técnico y el conocimiento para mejorar nuestros proyectos. Es un claro ejemplo de una relación positiva donde hay progreso para ambas partes”, afirmó.

“Los incendios son parte de la complejidad que tenemos en los sistemas de producción. El abordaje que se hizo con la Asociación Rural Sierra Chicas me enorgullece porque la demanda llegó desde el sector privado y pudimos dar respuesta del sector de la ciencia y la tecnología del Estado”, apuntó Molina. “Con el objetivo de ganar-ganar, se generaron bienes públicos, productos o procesos que van a ayudar, más allá de la Asociación, a otros productores de las sierras de Córdoba”, agregó.

En cuanto al financiamiento, Molina explicó que es clave la cooperación entre los sectores público y privado. “La Asociación Rural Sierras Chicas hace un aporte monetario para el financiamiento del proyecto, y generamos vínculos para solicitar aportes de otras fuentes. Cuando el sentido del proyecto agrega valor, desde el INTA alentamos estos procesos, avalados por un modelo de gobernanza con representantes del sector privado, universidades y el sistema científico de Córdoba”, detalló.

“Mi modelo de gestión siempre fue el trabajo en red. Nadie obtiene mayores resultados que lo que permite su red de relaciones. Hoy, nuestra red de INTA también es de la Asociación. Podemos acelerar procesos de conocimiento para generar confianza y hacer de nexo con distintos actores como las autoridades de aplicación, la Secretaría de Ambiente, Defensa Civil, Seguridad o el Ministerio de Bioagroindustria, con quienes estamos en permanente diálogo”, afirmó.

En relación a la Ley 10.958, promulgada a fines de 2024, que enfatiza en la prevención, sostuvo: “Nosotros somos un brazo tecnológico en Córdoba. No somos autoridad aplicación, pero cuando nos consultan opinamos desde lo disciplinar y técnico. Valoro la seriedad con que se toma la complejidad de los incendios desde la provincia”.

“Estamos convencidos de la importancia de la prevención para disminuir riesgos. Lo que podamos hacer en este aspecto va a ser mucho menos oneroso que estar interviniendo al momento de los incendios o de restauración. Los marcos normativos tienen que reflejar estos procesos que se requieren en el territorio” y son ejemplificadores para la realidad de otras provincias del país que padecen la problemática del fuego, concluyó.

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